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Los poderes notariales pueden ayudarnos a realizar gestiones y trámites que implica un acto de confianza en una persona, por eso es conveniente saber qué suponen antes de firmar uno.
A grandes rasgos, un poder es un documento con validez legal con el que otorgamos a alguien de nuestra confianza la capacidad de tomar decisiones y llevar a cabo acciones en nuestro nombre.
Puede ser el caso de una persona que vive en otro país y necesita designar a un familiar o gestor para que se encargue de administrar el patrimonio familiar. También es conveniente o, en ocasiones necesario, otorgar poderes a un abogado para que nos represente en determinados actos jurídicos o materiales.
En el caso de las empresas, por ejemplo, es frecuente que exista la figura del apoderado, quien está habilitado para representar a la organización, decidir y actuar en cuestiones relacionadas con el desarrollo de la actividad de la empresa.
En cualquiera de estas situaciones, para que esta transferencia de facultades sea efectiva es imprescindible la figura del notario, que firmará el documento y garantizará tanto la identidad de la persona (físicas o jurídica) que los asigna como que su voluntad se ajusta a la ley.
Y para poder hacer uso de este poder, el representante legal deberá acreditar siempre que ha sido apoderado mediante una copia autorizada de este documento.
Si tienes unos poderes redactados en un idioma (el que sea), y debes presentarlos en un país con un idioma diferente, deberás traducir dichos poderes mediante un Traductor Oficial Jurado. Si tienes por ejemplo unos poderes en castellano y debes presentarlos en otro país, deberás traducirlos al idioma de ese país. Traducciones Idiomatic puede gestionar las traducciones destinadas a muchos países. Solicite un presupuesto sin ningún compromiso.
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